Saturday, July 2, 2011

HARAKIRI EUROPEO EN LIBIA



Mientras se marchitan las economías Europeas bajo una imprudencia fiscal desenfrenada y existen temores de contagiosas fallas soberanas, parece absurdo que Gran Bretaña y Francia estén encabezando una empobrecida coalición de la OTAN para atacar militarmente a Libia. Estados en peligro financiero encarando protestas de airados ciudadanos están llevando a cabo, extrañamente, una guerra en el Norte de África.

Después de un estallido inicial de ataques aéreos contra las defensas del lider Libio Moammar Gaddafi de parte de los Estados Unidos, la administración de Barack Obama retrocedió un paso para entregar el grueso de las operaciones a la Gran Bretaña y a Francia bajo el pendón de la OTAN. El pase de la batuta hace un sentido pragmático para Washington, que ha sido fuertemente presionado desde los rescates corporativos de 2008-2009 para cortar su volátil déficit presupuestario.

Hasta tocándoles como segundo violín a la Gran Bretaña y Francia en el conflicto Libio, ha sido controvertido en los Estados Unidos, con la oposición Republicana dando de gritos porque Obama estaba librando, de hecho, una guerra sin la autorización del congreso. El viernes pasado, la Cámara de los Representantes votó abrumadoramente contra la aprobación formal de la participación en curso Estadounidense en el combate en Libia.

Los debates recientes televisados de tempraneros esperanzados para la nominación presidencial Republicana revelaron una traza aislacionista pero fiscalmente responsable entre los candidatos respaldados por el movimiento del Partido del Té. Rompieron filas con los Republicanos tradicionales arguyendo que los Estados Unidos primero tienen que poner en orden su insolvente economía y desenredarse por completo de la guerra de lento desgaste en Libia (además de sacar las maletas de Afganistán).

Pero tal prudencia aún no ha amanecido en Gran Bretaña ni en Francia, que están dejando vacías sus empobrecidas chequeras para pagar los asaltos aéreos contra Libia. Según el Ministerio Francés de la Defensa, París se está gastando USD$ 1.4 Millones por día en la guerra Libia, mientras que algunos predicen que Gran Bretaña pudiera incurrir en un costo de $ 1.4 Billones si sigue dándoles a objetivos en Libia hasta septiembre.

Algunos puntos de salida de los medios Occidentales se burlaron del ridículo espectáculo de Gaddafi divirtiéndose con un juego de ajedrez contra un funcionario deportivo de Rusia cuando Libia ardía. Lo que están haciendo los gobiernos de la Gran Bretaña y Francia es tocar el violín mientras los revoltosos corren libres en Londres y París protestando contra las reducciones de los beneficios.

Si el Primero Ministro David Cameron y el Presidente Francés, Nicolas Sarkozy están apostándole a la misión Libia como una táctica de distracción para pacificar a los furiosos ciudadanos ante el hundimiento de sus economías, es una mala política. La eventual destitución de Gaddafi no les devolverá los empleos Británicos ni Franceses, ni pagará los subsidios de educación superior ni los beneficios de bienestar social.

Si Cameron y Sarkozy están colocando sus apuestas al Keynesianismo militar (una teoría de derivación económica de que el gasto de la gran guerra puede sacar a un país de la recesión al acelerar la demanda de los sectores de la industria de la defensa y de la maquinaria pesada), la historia demuestra que las guerras pasadas en Suez (1956) y en las Islas Falkland (1982) no sacaron mágicamente a la Gran Bretaña ni a Francia de los baches económicos.

Cameron hasta ha reprendido a los altos funcionarios navales y de la fuerza aérea Británica que han hecho sonar la alarma de que la capacidad de combate de la Gran Bretaña resultará gravemente socavada si la guerra contra Libia sigue indefinidamente. El primer ministro Conservador dejó caer una firme nota de que el ejército Británico seguiría librando la guerra contra Libia “tanto tiempo como sea necesario”.

Una razón plausible de porque Londres y Paris, con su carga deficitaria, se han lanzado a esta guerra es geopolítica. Los estrategas Estadounidenses han comentado que África del Norte es un “asunto Europeo”, es decir, una esfera de influencia que tiene un valor estratégico más grande para Europa que para los Estados Unidos.

Aunque la huella digital global de Europa se ha estado encogiendo en los últimos años mientras que la sombra de China se ha alargado, la urgencia de dominar al África es vista por algunos expertos Europeos en asuntos exteriores como natural. La denominación de las regiones de África como zonas “Anglófona”, “Francófona” y “Lusofona” se debe a esa mentalidad nostálgica neo-colonial.

En segundo lugar, los que diseñan la política Europea están temblando cada vez más por el arma mortal que Gaddafi ha desatado desde que comenzó la guerra – los inmigrantes y refugiados Africanos que se dirigieron a Italia primero y luego cruzando sus fronteras se han esparcido al resto del continente Europeo.

La gente en botes en el Mediterráneo hasta ahora controlada por el régimen Gaddafi a cambio de concesiones simbólicas y económicas de la Unión Europea. Ese siniestro pacto, en el que los seres humanos desesperados eran peones en un juego diplomático internacional, se cayó una vez que la OTAN comenzó a bombardear Libia.

Así que, la Gran Bretaña y Francia (sin considerar la desesperación de Italia a causa del diluvio de refugiados detonado por la campaña de bombardeo de la OTAN) están, aparentemente, peleando para deshacerse de Gaddafi e instalar un gobierno más amistoso que controle el éxodo Africano hacia el continente Europeo como asunto político.

Aquí también, las contradicciones se están poniendo de manifiesto. Una Europa que se está poniendo vieja y que está declinando demográficamente, necesita en realidad más trabajadores capacitados y no capacitados del mundo en desarrollo. Abrir la “Fortaleza Europa” es buena economía pero mala política, que se basa en la discriminación racial y religiosa tanto en la Gran Bretaña como en Francia.

Se debe recordar que Francia y Bretaña, desde hace tiempo, han mimado a los dictadores Árabes en el Norte de África, incluyendo al derrocado Ben Alí de Túnez y al mismo Gaddafi desde su “rehabilitación” diplomática de parte del Occidente y el influjo de compañías Europeas hacia el sector petrolero de Libia hace unos cuantos años. La proyección de un mejor caso para la Quijotesca guerra Europea en Libia es que París y Londres están haciendo remiendos de sus pasadas fechorías y errores políticos. Pero tales correcciones de curso son costosas e insostenibles en las presentes depresiones económicas.

La afirmación retórica de que la Gran Bretaña y Francia están rescatando al pueblo de Libia de las masacres patrocinadas por el estado por medio de una guerra humanitaria hace surgir una interrogante más profunda: ¿Por qué a Cameron y a Sarkozy no los mueve la preocupación humanitaria por sus propias masas que están saliéndose de control bajo la aguda aflicción económica?

Estas frágiles economías de Europa están en tal abyecto estado que no pueden hacer como el avestruz ante la clásica opción de “armas contra mantequilla”. Bretaña y Francia vieron la escritura sobre el muro el pasado noviembre, cuando optaron por compartir tropas, portaaviones e instalaciones de armas nucleares, diluyendo, por tanto, la soberanía en un intento por marcar algunos ahorros desesperadamente requeridos en sus respectivos presupuestos militares. Pero su guerra conjunta contra Libia está cuidando los peniques y perdiendo las Libras.

Alemania, que ha sido hecha trizas en la prensa Anglo-Estadounidenses por no intervenir en la guerra contra Libia, se está portando más humanamente que la Gran Bretaña y Francia al atender las súplicas de sus propios ciudadanos en tiempos difíciles. Su actitud neutral sobre Libia está demostrando que es más prudente e irónicamente en el mayor interés de la Unión Europea, cargada de plagas, cuya supervivencia entera depende más bien de la estable recuperación económica que de los Pírricos éxitos militares.

Cameron y Sarkozy están mandando a la quiebra sus tesorerías y poniendo en peligro al proyecto más amplio de integración Europea. El escepticismo de la Unión Europea está creciendo entre los afligidos pueblos Europeos día con día aun cuando los jets Franceses y Británicos llevan a cabo sus misiones de combate sobre Libia.

El fantasma de Nerón se ha posesionado de las élites gobernantes actuales en Londres y París. Estas dos capitales Europeas están condenadas a seguir ardiendo hasta que políticos más responsables tomen el poder y limpien el desorden.-

*************

Por: Sreeram ChauliaProfesor y Vicedecano de la Sindal School de Asuntos Internacionales en Sonipta, India, y es autor del libro “Organizaciones Internacionales y Protección Civil: Poder, Ideas y Ayuda Humanitaria en Zonas de Conflicto"


**************

Traducción del Inglés al Español de su servidora.-

Le seguimos pidiendo permiso a Joe Vialls para colocar estas piezas sobre la guerra ilegal de las potencias Occidentales en contra de Libia.- ¡Gracias Joe!

No comments: